lunes, 5 de mayo de 2014

¿Has visto al ricotí?...

Durante este último mes he ido varias veces a distintas párameras del Sistema Ibérico a la búsqueda de una de mis aves favoritas sin duda, la alondra ricotí (Chersophilus duponti). Lo cierto es que la primera vez que la vi este año fue en las Bárdenas Reales de Navarra en una fecha relativamente temprana, el 6 de marzo. Un macho silbaba su melodía mágica a una hora poco usual, las doce y pico del mediodía. Poco usual porque el macho de ricotí se deja oir habitualmente desde bastante antes del amanecer hasta primeras horas de la mañana.



Una palabra con la que se podría definir perfectamente a este aláudido es la de discrección. Incluso escuchando su hipnótico canto en época de celo, a tan escasa distancia que casi crees estar encima de ella, resulta realmente difícil visualizarla. Para más inri, raramente vuela al sentirse amenazada, sino que apeona y corretea como un ratón entre la vegetación del páramo. Fuera de la época de celo tratar de dar con ella puede ser como buscar un fantasma.



Tan discreta y esquiva es la ricotí, que hasta hace relativamente poco, principios de los años ochenta, la ciencia la consideraba un raro divagante norteafricano, aún habiéndose confirmado en 1967 su reproducción en la península. Sin embargo no era desconocida en absoluto en las zonas rurales, especialmente entre los pastores. Dan fe de ello los numerosos nombres vernáculos como "rocín" y "charraví" en Aragón, "rolí" o "a por tí" en Segovia, "rodrigo o rodriguí" en La Mancha, o "señor Joaquín" en Soria.  El más famoso y el que ha sustituido en la nomenclatura al de alondra de Dupont es el "ricotí", que proviene de la provincia de Guadalajara. Un dicho de esta zona deja patente lo difícil que es descubrirla. En él, es el páramo quien supuestamente pregunta: "¿Has visto al ricotí?... yo no lo ví".



Afinales de los ochenta, ya se tenía conocimiento de la existencia de una población nidificante en la península, aunque también se descubrió su rápida desaparición de algunos enclaves. Por ello la UE financió un estudio y la población de ricotí en la península se censó en 1988 en unos 13.000 individuos. A día de hoy se considera que los métodos de realización de aquel censo no fueron los adecuados para esta especie y que la estimación obtenida resultó estar muy por encima de los números reales, que rondarían hoy entre 1.300 y 2.000 parejas.



El futuro para la ricotí no es muy esperanzador. Es un alaúdido extremadamente exquisito en cuanto a las condiciones de su hábitat (salvo en lo que respecta a la altitud y climatología): zonas esteparias mediterráneas llanas o de ligerísima pendiente, con arbustos de entre 20 y 40 centímetros (fundamentalmente aulagares, tomillares y en el sur peninsular espartales), disponibilidad de abundante suelo desnudo con una cobertura vegetal en torno al 60 % y ausencia total o casi total de arbolado. Con estos requerimientos no hay muchos lugares en donde puedan establecerse y éstos están además en regresión y francamente amenazados. El cambio de usos en este tipo de suelos, tales como el abandono del pastoreo extensivo (que permite el desarrollo de la vegetación), las reforestaciones o la conversión a terreno cultivado supone que su área de distribución potencial se reduzca continuamente. Por si esto fuera poco suele ser este tipo de terrenos donde se asientan los parque eólicos. Hace poco, hablando con un estudioso de la ricotí que hace el seguimiento del impacto de los aerogeneradores, me comentaba que donde se han implantado los parques ha desaparecido el 90% de la población. Y no se sabe bien el porqué: quizá el impacto de las pistas, el ruido que hacen...



La consecuencia de todo esto es la fragmentación y aislamiento de las poblaciones. Cada vez es más difícil que individuos de unas poblaciones tengan contacto con los de otras, con lo que la variabilidad genética disminuye y por tanto las posibilidades de su supervivencia como especie. Esto ya se nota en algunos aspectos como el canto. Los machos de poblaciones estables tienen un canto más complejo, mientras que los de poblaciones aisladas o residuales lo han simplificado notablemente.

Para terminar os dejo un vídeo tomado poco sobre las diez de la  mañana con esa melodía mágica que me pone los pelos de punta. El macho tenía que estar muy muy cerquita; a ver si alguien lo descubre en el vídeo porque... yo no lo vi.




Un saludote y gracias por seguir el blog.



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